En la mira

Muerte en vida

 

Efectivamente, todos los cantantes “sufren” constantemente el acoso de sus fans y con frecuencia seleccionan a una para llevársela a su cuarto.

Ellas buscan, acosan a su ídolo y éste “premia” a alguna que le gusta.

Hasta este punto no parece haber problema, es la relación consensuada entre dos adultos; pero esta última es la palabra clave: adultos.

El cantante, el actor, el ejecutivo de la televisora o de la compañía cinematográfica que solicita o acepta tal relación debe asegurarse de la edad de la que “será favorecida”.

Kalimba está en la cárcel acusado de violación por una de sus seguidoras menor de edad. ¿Es culpable? Sólo ellos dos lo saben.

Pero lo que le sucedió le podrá suceder en el futuro a cualquier personaje que tenga la costumbre de meter jovencitas a su habitación de hotel, o a su oficina, o a su casa, aprovechando su posición y el deseo de quedar bien con él por parte de aquélla que lo admira o necesita de su apoyo para lograr una posición o un trabajo.

¡Pobre Kalimba! Si es inocente.

¡Pobre jovencita! Si efectivamente fue violada.

La moraleja del caso es que la promiscuidad puede significar no sólo la pérdida de la vida (infección de SIDA), sino de la libertad y, en consecuencia, la destrucción de una carrera que parecía prometedora. Es la muerte también, en vida.

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